En las últimas horas, el asunto de Honduras vuelve a tomar protagonismo.
El presidente Zelaya intentó volver al país, pero el ejercito impidió el aterrizaje de su avión. Además de esto, durante las revueltas a favor de su restauración como presidente, el ejercito abrió fuego y mató a un manifestante. Este último hecho lo cambia todo.
Sea como fuere, la muerte de un civil provoca la deslegitimación, desde mi punto de vista, de toda actuación de la administración, por más que Micheletti diga que el ejercito ha trabajado por la conservación de la democracia.
El hecho es muy triste. Los que podríamos llamar "oficialistas", es decir, aquellos que están a favor de Zelaya, tendrán ahora un mártir y un compañero al que vengar. La violencia genera más violencia y más odio. Ojalá me equivoque.
Del mismo modo llama la atención que el ejercito haya impedido al presidente aterrizar. Supongo que lo habrán hecho para intentar evitar más conflictos, pero ¿será peor el remedio que la enfermedad? Para legitimar lo que hacen, el gobierno en funciones, debió dejarle tomar tierra y acto seguido, detenerlo. A partir de ahí, él podría pagarse una defensa y que todo discurra por los trámites legales correspondientes. Tan sencillo como eso.
Un par de semanas después del supuesto "golpe", la mayor parte de los países del mundo condenan y aislan a Honduras. Todos, ¡no! el país más poderoso del mundo, aún no ha retirado a su embajador de la capital. EEUU muestra así sus dudas sobre el proceso abierto.
Por cierto, resulta curioso el vacío internacional al que se va a someter a Honduras por la muerte de un civil, mientras en China han muerto más de 140 manifestantes en unas protestas. Aquí la comunidad internacional no tiene la mano tan dura ni se muestra tan adversa. La pela es la pela. Qué hipocresía más grande...
4 comentarios:
"Hallaría medios sobrados para mantener mis regias prerrogativas en eficaz forcejeo con quienes las combaten. Pero resueltamente quiero apartarme de cuanto sea lanzar a un compatriota contra otro, en fratricida guerra civil." discurso de Alfonso XIII cuando partió hacia el exilio.
¡Qué verdad!
Así de triste, pero así de cierto. Es lo que hay.
Gracias a todos por vuestros comentarios.
Publicar un comentario