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Un viaje a Gomorra

Desde hace una semana leo la obra de Roberto Saviano, Gomorra. Lo pedí por reyes y hasta hace poco no lo he podido empezar. Me está gustando, la verdad.
Es cierto que en ocasiones no tiene una trama muy fluida. Combina partes en las que narra con precisión de cirujano los procedimientos de la mafia napolitana; con otras vivencias personales. Para mí lo más ilustrativo es esto último. Consigue que me sumerja en los barrios bajos de la ciudad del sur de Italia. Le imagino cruzando las calles con su vespa, hablando con la gente. Logra hacerme sentir cómo poco a poco se va envenenando su alma, cómo se le va marcando a fuego cada imagen, cada palabra, cada olor. De momento me quedo con un fragmento en el que mantiene una conversación sobre la muerte con un niño de apenas 14 años. Es increíble cómo puede llegar a ser la vida y la dureza con la que puede hablar de ella un adolescente de esa edad.
En ocasiones creemos que la mafia es algo baladí. La miramos incluso con simpatía, recordamos El Padrino, los Soprano... Pero tras esa palabra hay una realidad mucho más desagradable de lo que jamás alcancé a imaginar. Una violencia que nunca pensé que el ser humano pudiese concebir. No sólo aterra el hecho de que lleven muchos más crímenes que el IRA o ETA, sino, sobre todo su manera de actuar. El modo de dar fin a una persona para que cada marca tenga un significado. Un tormentoso significado.
El libro no me hará catedrático en crimen organizado Italiano, pero al menos, me está abriendo los ojos al respecto.
Como ya he dicho, apenas voy por la mitad. A quien le interese se lo recomiendo. Está escrito de manera muy directa. Frases sencillas: sujeto, verbo y predicado. Punto. Tan sencillo como efectivo. Ya está disponible la película. Pero por el momento, espero terminarlo antes de verla.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Coppola intentó contar en su Padrino el ascenso y caída de la monarquía que nunca tuvo América. Se trata de una idea quizá demasiado romántica para la realidad. El caso es que, pese a las cabezas de caballo en la cama, Vito Corleone tenía cierto aura de respetabilidad honorable. Los malos en el Padrino son los demás, y casi parece que lo que hace Michael está plenamente justificado dentro de la trama de venganza que marca los dos últimos actos del film.

Miguel Ferrer dijo...

Totalmente de acuerdo contigo, la auténtica mafia no tiene nada del romanticismo que ha intentado darle el cine de Hollywood. Más bien son los depredadores de la sociedad, duros, implacables, frios, calculadores y letales.

Te recomiendo la película, por lo visto los actores eran auténticos delincuentes de la mafia calabresa y tienen un papel muy "logrado".

J. Pedro Marfil dijo...

Gracias por vuestros comentarios.
Es un poco extraño calificar de "justa" una muerte ¿no crees? No ya eso, si no los medios, como os digo, son brutales, el libro narra formas de matar que a mi no se me habrían ocurrido jamás.
Un abrazo!

Sergio dijo...

Te recomiendo la peli en italiano subtitulada. Aunque el libro, como siempre, seguro que es mejor. Un abrazo hermano

Marie... dijo...

A mi me pareció que a la peli le faltaba un hilo que enlazara las diferentes historias. Mezclaba varias tramas, donde algunos de los personajes se repiten sin separarlas de ninguna forma, así que, el que no se ha leído el libro (mea culpa) no consigue enterarse de cómo está narrada hasta la mitad de la peli.