Caminando a unos treinta y pico grados con vaqueros pensaba en los tiempos pasados en Radio Marca. Recordaba al compañero César Suárez (actualmente desaparecido en combate tras su boda) y la caña que me dio en los primeros días. Es un periodismo distinto. No estoy en condiciones de comparar la radio con la prensa. Por eso digo diferente. La radio me a dado en tres años más de lo que yo le pudiese dar en toda una vida.
Así, sentía nostalgia de aquellas entrevistas en la zona mixta de La Rosaleda con los jugadores recién salidos de la ducha. Pero en realidad no es eso lo que echo de menos. Ese tipo de cosas comenzaron a resultarme un poco repetitivas “¿qué tal has visto al equipo?”, “¿cómo te has encontrado?”, etc. Preguntas un poco planas, pero ¿qué le vas a preguntar a un tipo que acaba de darse una paliza brutal y sigue jugándose la permanencia (no disfruté de la época de bonanza deportiva del equipo de mis ardores).
De éste modo comparé lo que resulta hablar con un político y lo que es hablar con un futbolista. En el poco tiempo que llevo, en realidad al político se le pregunta poco mientras que con el deportista todo el mundo quiere cruzar un par de palabras, aunque sean triviales.
Lo cierto es que, a pesar de que ambos cobran cifras similares, unos tienen responsabilidad sobre nuestro futuro y otros sobre las emociones de gran parte de la población. Y esto es así. O si no que alguien niegue el estado de “buen royo” generalizado en el que se sumió este bendito/maldito país tras la victoria en la Eurocopa.
Y es una faena. Porque deberíamos controlar bastante más a esta clase política nuestra a todos los niveles. Porque parece que a 30 años de la Constitución se nos ha olvidado lo importante que es formar parte activa de la sociedad con nuestra voz y nuestra opinión. Vamos, escuchamos al político de turno, se trascribe y se traslada a una mínima parte de los ciudadanos que, en ocasiones, se sienten con las manos atadas ante los designios y la cara dura de alguno de sus dirigentes.
Es lo que hay, y no es fácil cambiarlo, como no fue fácil pasar de cuartos.
1 comentario:
Que conste que no estaba desaparecido en combate por gusto, ¿eh? Como ves, te sigo dando caña, pero de la buena, aunque no estés bajo el yugo de Radio Marca.
Además, la caña si es razonable, es buena. Como un bautizo, vamos.
Un abrazo y cuídate.
Publicar un comentario