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Uso del lenguaje y corrupción

Intentaremos ver la corrupción desde otro enfoque. Advertimos al lector, que estas líneas no pretenden discernir sobre la culpabilidad o no de los afectados en trama alguna, sino de su tratamiento por parte de los medios, y sus consecuencias sociales y políticas desde el de la comunicación. 

Toda corruptela, más allá de su tamaño y de sus obvias consecuencias judiciales, posee un efecto colateral cuyo análisis puede ser muy interesante.
Por un lado hemos visto como a todo aquello que presuntamente resulta vinculado en el tema, se ve finalmente afectado por él. Digamos que a todo se le pone la etiqueta de corrupto. Esto es algo de lo que Lakoff habla en sus obras sobre los marcos. Un marco es una imagen mental que construímos cuando escuchamos determinado concepto.
Pongamos como ejemplo la trama Gürtel. El empleo de la expresión "presunta trama de corrupción" es un ejemplo de esto. En dicho concepto, conformado por tres términos, la palabra que posee mayor fuerza es corrupción. De hecho, eclipsa casi por completo a las otras dos, a pesar de aludir a la presunción de inocencia. De este modo el receptor de la información "enmarca" al sujeto nombrado y lo vincula, quizá ya para siempre, a la condición de corrupto con lo que ello supone, independientemente del posterior resultado judicial.
De este modo vemos como la percepción de muchos personajes se ha visto afectada por "aparecer" en un sumario o estar imputados pese a que finalmente no se pudiese determinar su culpabilidad o fuese declarado inocente. Y es que corrupción y política son dos palabras que han estado vinculadas desde Platón hasta nuestros días.
Desde el punto de vista de la imagen que proyecta un individuo, la mera referencia o vinculo de una persona con estos temas puede resultar comprometedora. Una simple acusación (aunque fuese sin pruebas) es capaz de echar a perder una carrera, ya no política, también empresarial o personal. Aunque finalmente dicha persona sea absuelta o declarada inocente, su imagen siempre quedará deteriorada.
Por otro lado, en el caso concreto que afecta a nuestro país, la estrategia comunicativa de los dos principales partidos también es digna de mención. El Partido Popular ha ido cambiando de parecer conforme avanzaba la situación: en un primer lugar eran víctimas de una persecución, después fueron víctimas de una trama corrupta que quería aprovecharse del partido y finalmente las propias voces del partido echan agua sobre su propio tejado (como las polémicas declaraciones de Manuel Fraga). Por su parte el PSOE no se ha alejado todo lo que podía del asunto. Como partido de Gobierno su posición quizá debió limitarse a dejar actuar a la justicia y a no hacer leña de árbol caído hasta que los tribunales dictasen sentencias. De este modo se hubiesen evitado situaciones como la de ver a la vicepresidenta del Gobierno haciendo las labores de portavoz de la fiscalía anunciando el recurso de cierta decisión judicial.
Más adelante intentaremos hablar de las motivaciones y las consecuencias que ya ha tenido este asunto en la política nacional y en la percepción que los votantes tienen de sus dirigentes.

2 comentarios:

Apuntesdederecho dijo...

Quizá es cierto que el Gobierno debería haberse mantenido al margen (aunque, sinceramente, más bien ha sido el Partido Socialista quien ha metido el dedo en ojo de los populares -diferenciemos Ejecutivo del PSOE como partido-) Sin embargo, me parecen muy hipócritas aquellos que se rasgaron las vestiduras por las declaraciones de la Vicepresidenta ¿acaso no sabemos todos que el Fiscal General del Estado es nombrado a dedo por el Gobierno de turno y que éste actúa según las directrices de quien le nombra? ¿Dónde está el problema? ¿en que se diga abiertamente? Si va a ser cierto que ojos que no ven, corazón que no siente...

"La púa" dijo...

Muy interesante el aunto propuesto Perico. Importante, desde mi punto de vista, reflexionar en las diferentes circunstancias que concurren en un momento como el planteado y que creo que hay que tener en cuenta a la hora de abordarlo. ¡Qué importante tener información privilegiada (por ejemplo del secreto de un sumario) para poder dominar los tiempos! ¿qué peso tiene dominar una red mediática que haga de altavoz a nuestros intereses? ¿No es demasiado sencillo manipular los mensajes para trasladar una imagen distorsionada? ¿Habría actuado igual Rajoy si no estuviera estrangulado por sus grupos internos de poder? ¿habría actuado igual el gobierno de Zapatero si no tuiviera encima de la mesa el "caso FAISAN"? ¿y el PSOE en otra coyuntura social y económica?. Imagino que todos han intentado "enmarcar" bien los escenarios. A mi juicio, suerte desigual para ellos. Lo veremos con el tiempo.