El pasado fin de semana, Francia celebró elecciones regionales. Algo similar a nuestras elecciones autonómicas, para hacernos una idea.
Por lo visto, tras la victoria del bloque formado por varios partidos de la izquierda, los medios, tanto galos como españoles, empiezan a hablar de un serio aviso para Sarkozy. Y sin duda, así es.
Las elecciones regionales celebradas en el país vecino, llegan justo después de unas europeas en las que el partido del actual presidente se impuso, a pesar de la crisis y de los difíciles momentos por los que tuvo que pasar. La ventaja no fue muy amplia, pero se mantuvo por delante.
En esta ocasión ha sido distinto. Tanto en la primera como en la segunda vuelta, la UMP (Union pour un Mouvement Populaire) ha mostrado cierto desgaste que, combinado con la elevada abstención (sobre todo de la primera vuelta) ha propiciado seria derrota al dirigente galo.
Es cierto que, como en gran número de gobiernos - véase el nuestro - Francia está acusando cierta desmovilización de castigo. Llamémoslo así, porque, no es que el voto cambie de signo mayoritariamente, sino que decide no ir a votar como primera opción para mostrar su descontento con la situación. Pero lo que ha afectado sobre todo a Sarkozy -además de la situación económica internacional- ha sido la sucesión de problemáticas puntuales en las que se ha visto envuelto (su hijo opta a la presidencia del barrio de La Défense, el enfrentamiento con Villepin o las sórdidas confesiones de Miterrand). Este cúmulo no ha servido más que para arengar a la izquierda, legitimando a sus actuales líderes tras las pasadas elecciones, y crear cierta sensación de inquietud en los partidarios de la UMP.
Sin embargo, resulta vital analizar el nuevo auge del partido de Jean Marie Le Pen, capitaneado por su hija, Marine. Esto junto con la ya mencionada abstención hace pensar en que algo se empieza a fallar o a moverse en los conservadores galos. Sin duda, la UMT debería reflexionar sobre ello.
En cualquier caso, mucho queda hasta las elecciones generales. Francia no muestra un desgaste económico como el de nuestro país, de hecho, parece que ya empieza a recuperarse, por lo que todo hace pensar que el contexto en 2012 será muy distinto. Habrá que estar atentos a los movimientos de los socialistas con dos líderes fuertes dentro del partido y cómo gestiona el partido de gobierno sus dos últimos años. Mientras, el Frente Nacional de Le Pen, continuará haciendo pensar a los franceses y al resto de Europa ¿qué está ocurriendo realmente entre los electores?
Veremos
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