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Cataluña: cambio en la agenda política

Inmersos en el revuelo sobre las manifestaciones en el día de la Diada y las declaraciones del presidente de la Generalitat, atrapados en una vorágine informativa que indica que próximamente se volverán a celebrar elecciones en Cataluña; intentaremos analizar el tema desde otra perspectiva. Independientemente del debate abierto sobre la necesidad o no de dotar a Cataluña de estructuras de estado o de su posible independencia y del fuerte sentimiento de los catalanes en su propia identidad, llama poderosamente la atención el efecto que este nuevo debate ha propiciado en el conjunto de la sociedad catalana. 
De un tiempo a esta parte, tertulias, portadas y debates se centran en el 'nuevo escenario político' y en su pertinencia. La agenda mediática ha girado sobre sí misma para dejar a un lado la petición de rescate al estado, la situación de las cuentas públicas, la decisión sobre Eurovegas o los recortes aplicados en Cataluña, para dar paso a la cuestión nacionalista. 
De este modo, el gobierno catalán ha logrado de manera inteligente centrar el debate político, protagonizarlo y liderarlo. Ha revertido la situación en la que empezaba a mostrar cierto desgaste y rechazo por parte de una ciudadanía - que se enfrentaba a los recortes- a la consecución de apoyos gracias a la cuestión nacionalista.
Los lectores de este blog, saben que normalmente nos centramos más en las formas que en el fondo y esta no iba a ser una excepción. Independientemente de que Mas lleve razón o no en su propuesta, independientemente de que el Partido Popular se equivoque o no en su rechazo al pacto fiscal. La puesta en escena de este debate ha supuesto un verdadero balón de oxígeno para CiU que ha visto como tiene fuertes opciones de mantener su mayoría en unos comicios a finales de año si estos finalmente llegasen a celebrarse.
En 1997 Barry Levinson dirigió una película de culto en la comunicación política 'Wag the dog'. Una historia en la que EEUU, ante un escándalo interno, 'se inventa' una guerra en Albania para desviar la atención mediática y minimizar el desgaste del gobierno.
Ya hemos hablado en alguna ocasión de la aparición de elementos externos como factores de cohesión interna. Como Kirchner recurrió a la cuestión neocolonialista para sumar apoyos, ahora Mas se hace fuerte simplificando un tema complejo.
Atrás quedaron los cierres de centros de salud, la incapacidad de pago a geriátricos, el mantenimiento de embajadas, peajes, bajada se sueldos a funcionarios, etc. De forma hábil, Convergencia ha retomado la iniciativa acaparando el debate nacionalista y parece haber borrado de un plumazo todas las críticas respecto a su gestión. No es la primera vez que este partido emplea esta cuestión como arma arrojadiza para lograr réditos políticos, pero quizá sí es la primera vez que la emplea de una forma tan clara.
¿Se trata de una estrategia para lograr ampliar la mayoría con la que gobierna desde hace apenas dos años? ¿Se trata realmente de la reivindicación de una pulsión de identidad? Estas cuestiones no son de sencilla respuesta. Lo que sí está claro es que, al igual que la guerra en Albania de la película 'Wat the dog', Mas ha logrado desviar la atención de manera inteligente, independientemente de que lo que propone sea factible, conveniente o más o menos razonable. 

2 comentarios:

Ian Pérez dijo...

Muchas preguntas nacen a raiz de tu entrada... En primer lugar, Unió Democratica de Catalunya está dispuesta a iniciar el camino de la Independencia? Hasta qué punto no se trata de una medida cortoplacista? Aseguran la mayoria absoluta de la que, hoy, carecen... Pero, por cuanto tiempo? La independencia es inviable, los recortes parecen inevitables... Basta con capitanear la nave soberanista o los ciudadanos, en 3 años les haran pagar la factura? Por otro lado, y ante los recortes, quien garantiza a Convergéncia que el voto no se va a dispersar a independentistas de toda la vida como ERC o ICV?

J. Pedro Marfil dijo...

Gracias por el comentario.
Supongo que la idea de CiU es capitalizar el voto independentista/soberanista. Pero más allá de ello, la intención es celebrar unas elecciones a las que se pueda acudir dominando la agenda. CiU lo va a lograr, con este inteligente golpe de timón. Ha hecho que las inquietudes y problemas económicos se conviertan en un conflicto de identidad. Estaremos muy pendientes de las encuestas y sondeos, pero quizá se plantee una suerte de consulta dividida entre constitucionalistas (PSE, PP, Ciudadans, IU?) y soberanistas (ERC, CiU). Lo interesante es que el PSE lo afronta sin candidato ni tiempo para hacer primarias...
Complejo, interesante y quizá un poco temerario lo que está ocurriendo en Cataluña.