Meses atrás, coincidiendo con la intervención militar de Francia en Mali, ya hablamos en este blog sobre la dificultad de la comunicación de los conflictos armados. Ahora, con el problema Sirio sobre la mesa, el tema vuelve a estar candente.
Recordemos que el trato de una guerra desde el punto de vista de la comuniación nunca es sencillo.
El lenguaje puede llegar a convertirse en una herramienta fría y milimétrica para suavizar asuntos vitales. Así, palabras como bajas (muertes), conflicto armado (guerra), daños colaterales (muertes injustas); pasan a formar parte del día a día en informativos e intervenciones de los principales dirigentes implicados.
Existe un importante componente 'simplificador' que reduce a los bandos a 'buenos y malos' en la mente del ciudadano, cuando la realidad suele ser mucho más compleja. En el caso de Siria, lo es aún más, dado el componente estratégico del país, sus características sociopolíticas y sus alianzas, etc.
Pero no entraremos a analizar estos asuntos (harina de otro costal) sino la comunicación del proceso en los principales países vinculados a la operación.
Podemos decir que en el contexto internacional, la huella de la intervención en Irak sigue muy viva. El rechazo a una intervención y la cautela de los gobiernos a intervenir sin un claro apoyo ciudadano están siendo la tónica en las últimas semanas.
Podemos decir que en el contexto internacional, la huella de la intervención en Irak sigue muy viva. El rechazo a una intervención y la cautela de los gobiernos a intervenir sin un claro apoyo ciudadano están siendo la tónica en las últimas semanas.
En EEUU, por ejemplo, Obama no las tiene todas consigo y según una encuesta de Reuters, el 63% de los estadounidenses rechazan una intervención en Siria. El asunto es aún más complejo si se tiene en cuenta que la acción, de momento no contaría con el respaldo de la ONU y con el mandato del Premio Nobel de la Paz. El presidente norteamericano se ve en la encrucijada entre la intervención por el uso de armas químicas o la pasividad en la que lleva operando durante los últimos meses.
Durante las últimas jornadas, a la vista de la situación, EEUU y Rusia parecen haber acercado posturas en favor de un desarme sin intervención. Sin embargo, el presidente Obama está haciendo grandes esfuerzos para comunicar una posible intervención en el país.
Por su parte, Reino Unido trató de lograr el máximo consenso en su postura, intentando evitar que la intervención se convirtiese en un asunto de ideologías y no en una cuestión de Estado, el propio Primer Ministro utilizó su cuenta de Twitter para anunciar que consultaría al Parlamento para tomar una resolución final. De este modo se aseguró hacer una comunicación pública y directa sobre el asunto, aunque se expuso a lo que finalmente ocurrió, a que la intervención fuese rechazada por la cámara.
Francia, como ya hiciera en Mali, continúa mostrando una imagen firme. El presidente galo parece resuelto a mantener el liderazgo internacional que ya buscase con Sarkozy y más teniendo en cuenta los intereses del país en la región. Está por ver el efecto que esto tiene en su imagen, aunque el apoyo ciudadano a Hollande continúa en caída libre. En vista del aparente 'punto muerto' de la operación, el presidente ha dado un paso atrás dejando protagonismo a los ministros y responsables pertinentes. La guerra desgasta, no vale la pena llegar a ella ya por los suelos.
EEUU, Reino Unido y Francia; países con una cultura política diferente en la que el liderazgo de sus dirigentes y el apoyo de la población cobra especial importancia en periodos de guerra. Aunque esperemos que no haga falta llegar a ello.
EEUU, Reino Unido y Francia; países con una cultura política diferente en la que el liderazgo de sus dirigentes y el apoyo de la población cobra especial importancia en periodos de guerra. Aunque esperemos que no haga falta llegar a ello.
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