La decisión del presidente Rodríguez Zapatero de anunciar su renuncia a presentarse a las próximas elecciones tendrá consecuencias muy interesantes para el futuro del partido.
No es que los socialistas den por perdidos los comicios de mayo, sino que parecen haber decidido apostar fuerte por los del año próximo. Las elecciones municipales y autonómicas se dirimirán en el ámbito local en el que bastante poco puede hacer ya el PSOE, más que dar visibilidad a sus candidatos y llamar a la participación. Poco más se puede hacer a apenas un mes de los comicios.
Sin embargo 2012 es diferente. Y en Ferraz lo saben. Por eso han aguardado a disipar las dudas sobre la solvencia española (aunque, seguramente regresarán) para hacer el anuncio.
Las palabras de Zapatero, como dice Gabilondo en Su interesante reflexión, han dado oxígeno a los socialistas y han hecho que el Partido Popular se inquiete enarbolando la bandera de una 'interinidad peligrosa' que hace un flaco favor a la credibilidad del país en el exterior. Pero lo cierto es que ya se pueden palpar varias consecuencias.
La primera y más notoria, es el cambio de mensaje. Se pasa de la crisis, el paro y los problemas al asunto de la sucesión. Tema que, correctamente gestionado, puede hacer que el partido socialista salga reforzado y con un mayor protagonismo.
Por otro lado, cambia la mismísima percepción del presidente. Parafraseando los apuntes de Gabilondo, Zapatero se gana el afecto reservado a quienes 'dimiten, se marchan o mueren'. Ahora, Zapatero no será el problema, por lo que sus rivales, se verán obligados a ir más allá en sus discursos y a buscar una solución. No le faltaba razón al jefe del ejecutivo cuando en un mitin en Murcia, el día después de anunciar su decisión, comentaba que la oposición tendría que esforzarse en buscar algo más que la crítica para llegar a Moncloa. Además, hecho el anuncio, el leonés comunica de una forma más distendida y liberada. Parece haberse quitado un peso de encima y eso le favorece.
En cuanto a la batalla abierta en el partido para la sucesión, afirma sabiamente Juliá que al PSOE no le sienta bien la bicefalia entre la secretaría general del partido y el candidato a la presidencia. Apunta que es necesario aglutinar todo el liderazgo en una misma persona y a la vista de los ejemplos dados, no le falta razón. Se habla de los peligros que podría acarrear un proceso de primarias. Pero ¿y si a las primarias no se presenta más que una candidatura?
Las figuras que destacan son las de Chacón y Rubalcaba. Sin embargo, es el actual Ministro del Interior el que parece acaparar la mayor parte de los apoyos. Si bien la catalana está capacitada para encarnar la idea del cambio en el seno del partido, no es menos cierto que puede que aún le falte la madurez política necesaria y probablemente también, le falten los apoyos.
Rubalcaba parece tenerlo todo: dotes comunicativas, apoyos internos, experiencia de gobierno, carisma y algo más. El cántabro transmite sensación de seriedad y cercanía a la vez.
Aunque se descartó la opción de un 'ticket' en el que fuesen los dos juntos, no cabe duda de que el futuro, sea más o menos inmediato, pasa por ellos dos.
Una vez más, será la forma de comunicar la que determine el devenir de los socialistas. Si son capaces de transmitir la imagen de un grupo unido, con un liderazgo estable y un mensaje ilusionante comenzarán a reducir las diferencias en las encuestas y ¿por qué no? pelear las elecciones del próximo año.
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