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Comunicación de crisis: los tribunales

Todas aquellas personas que se ven obligadas a pasar por los tribunales ven su imagen comprometida de manera pública. En primer lugar, cuando salta la noticia sobre los vínculos con causas legales y en segundo lugar cuando aparece de forma pública.
Independientemente de la culpabilidad, es muy importante saber gestionar la imagen que se proyecta durante estos delicados momentos de determinados políticos y directivos. 
Esta entrada no pretende ser una vía de escape ni una facilidad para los malvados. Consiste, más bien, en una serie de puntos aplicables para la correcta gestión de la comunicación en una situación de crisis como otra cualquiera. Así pues vaya por delante nuestra fe y respeto a la justicia y a sus decisiones. 
La imagen de un partido,  empresa u organización, puede verse dañada por una imputación o acusación de uno de sus componentes, por ello resulta importante el estar preparados para minimizar los daños a nivel comunicativo.
El efecto que las imputaciones o vinculaciones hacen al presunto acusado es considerable. La figura queda 'manchada' y sólo a veces puede ser 'rehabilitada', pero es innegable que existen maneras y maneras de enfrentarse a situaciones de estas características. Apuntaremos aquí algunos consejos, aún siendo conscientes de que resulta complicado, en determinadas circunstancias y ante la presión mediática, seguirlos.
  • Ante todo, calma: Es importante saber mantener la calma en momentos en los que la presión mediática se focaliza sobre uno mismo. Nada de aspavientos, exabruptos, ni comentarios desafortunados. Manifestar públicamente la voluntad de colaboración, el respeto a las instituciones y a la labor propia siempre será positivo.
  • Comunicar el silencio: Si no hay nada que declarar, merece la pena decirlo y asegurar que no se harán comentarios. Es importante asegurarse, en la medida de lo posible de que los periodistas lo entienden.  Buscar de algún modo la complicidad resulta muy recomendable.  La imagen de una persona avanzando entre una marea de micrófonos y cámaras a trompicones sin contestar a las preguntas de los periodistas no resulta favorable. Atender a los medios aunque sea para dejar claro que no puede o no debe hacer declaraciones es importante de cara a evitar silencios innecesarios.
  • Nada de carreras: La asociación de ideas es sencilla, 'corre quien tiene que huir y huye quien algo tiene que esconder' así, es recomendable caminar con paso relajado ante las camaras y ante los periodistas.
  • Claridad: Evitar las puertas de atrás, salidas traseras, o el escudarse en la labor de los guardaespaldas. Si no tiene nada que ocultar (o pretende trasmitir esa sensación), no se mueva como si no fuese así. Sea coherente con ello. 
  • Evitar protagonismos innecesarios: Números como el de Ruiz Mateos cuando apareció disfrazado de Superaman, o como el de Francisco Camps mientras leía un libro sobre el santo Job, son perfectamente evitables. Limitarse a cumplir con los procedimientos y acabar con ellos a la mayor brevedad posible es lo idóneo. 
Estos son sólo algunos patrones de actuación. Como comentábamos anteriormente, este tipo de situaciones desgastan y lastran mucho a sus protagonistas quienes, difícilmente, recuperarán su percepción. Minimizar dicho desgaste es el reto a lograr. 

2 comentarios:

Ian Pérez dijo...

No puedo estar más de acuerdo. No sé por qué cuando nuestras personalidades públicas son encausadas pierden tanto los papeles... ¿Orgullo o sentimiento de culpabilidad?

J. Pedro Marfil dijo...

Gracias por el comentario. Probablemente sea el desconocimiento a que ese tipo de actuaciones trasmiten muchas cosas.
Es comprensible que en situaciones adversas uno no sepa muy bien cómo reaccionar. De ahí que sea bueno estar preprados para ellas.
Dicho esto, diré que Jaume Matas, parece estar llevando el tema con mediana 'normalidad', todo lo contrario que Camps, con el famoso libro de Job...
Abrazo