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Claves de las elecciones andaluzas

Pasado algún tiempo y una vez reposado el tema, cabe una análisis sobre el resultado de las elecciones autonómicas andaluzas en las que, aplicando la máxima deportiva, 'el Partido Popular ganó como nunca y perdió como siempre'.
En demasiadas ocasiones, los equipos de trabajo y los consultores olvidan hacer un balance sobre el trabajo realizado y más concretamente sobre los motivos de los resultados obtenidos. Olvidar analizar una victoria o una derrota puede cerrarnos la puerta a ciertas claves que en un futuro podrían ser útiles. 
Semanas antes se sucedían las encuestas que daban por vencedor al partido de Javier Arenas y el clima de euforia en el que vivían los populares parecía ignorar que toda mayoría que no fuese absoluta, era una mayoría inútil. A continuación comentaremos algunos de los factores que influyeron en el resultado,  probáblemente no estén todos y quizá puedan ser tachados de perogrulladas, pero sería importante tenerlos en cuenta la próxima vez, si no se quiere volver a caer en la misma piedra.
  • Subestimar las bases socialistas: El poder de las bases de PSOE en Andalucía es muy grande. Por algo es la federación con más peso junto a la catalana en el conjunto del partido. Cada militante partió con el compromiso de movilizar a 500 votantes. El objetivo era no ceder la mayoría absoluta y se logró. 
  • Medidas del Gobierno central: Las medidas tomadas por el gobierno central no ayudaron demasiado a la campaña andaluza. Sobre todo, la reforma laboral. El descontento con dicha ley hizo de resorte para movilizar a muchos socialistas que hasta el momento andaba desencantado. 
  • Abstención: Otro de los factores decisivos. Por el resultado podría interpretarse que los andaluces querían o no un cambio, pero la apatía fue ciertamente palpable. Muy a tener en cuenta en próximos comicios, más si nuevamente se desarrollan de manera independiente a las elecciones generales. 
  • Slogan equivocado: El manido mensaje del cambio está bien. Funciona, sí y seguirá funcionando, pero lo hará siempre y cuando el candidato se ajuste a dicho mensaje. Arenas había perdido ya varias elecciones y lleva en esto de la política bastante tiempo como para erigirse la figura del cambio en Andalucía. 
  • Mensaje acertado: El PSOE centró su mensaje en la crítica al Gobierno del Estado. Hizo una campaña presentando a Andalucía como el baluarte de resistencia. Un mensaje fácil de entender, emotivo y con un componente que el socialismo andaluz maneja a la perfección: el temor. Más vale malo conocido...
  • Ausencia en el debate: La ausencia de Javier Arenas en el debate pudo ser determinante o no, pero la imagen que proyectó fue la que el PSOE estaba intentando difundir de él. Los populares cayeron en el juego. Al electorado no le queda si Canal Sur manipula o no, le queda un debate con una silla vacía. 
  • Configuración de las listas: Sabedores de que ganarían las elecciones, los populares confeccionaron unas listas extrañas que parecían más enfocadas a 'pagar favores' que ha llevar a verdaderos gestores al parlamento andaluz. Seguramente no haya sido determinante, sin duda, pero me consta que ciertas élites cercanas al partido se desilusionaron al conocer su composición. 
  • Imagen: Sin duda, el factor menos relevante y el más superficial, pero el PSOE cuidó mejor su imagen. Griñán, cercano, con la gente. Arenas, posando. Del paisano que toma café al político que te pide el voto. 
Como habrá advertido el sabio lector, en este pequeño análisis se han pasado por alto otras cuestiones sobre segmentación del electorado y concentración de esfuerzos durante la campaña; eso es harina de otro costal. 

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