Llevamos meses con Rusia en la palestra, acaparando titulares y noticias en los medios. Por lo general, el país se lleva duras críticas sobre su manera de gestionar el conflicto en Ucrania, sobre todo por parte de los países occidentales que han condenado su anexión de Crimea. Pero lo cierto es que esta situación ha dejado patente el desconocimiento generalizado que la sociedad occidental mantiene respecto a la antigua URSS.
La desinformación y los prejuicios hacen de Rusia el blanco de las críticas y un enemigo fácilmente reconocible en la polarización de mapa internacional.No entraremos a discutir si lo hecho por la federación ha sido correcto o no, símplemente daremos algunas notas para entender su modo de proceder y por qué su imagen pasa por momentos tan delicados en occidente cuando para Europa se trata de un aliado estratégico en el ámbito de la defensa y la energía.
La actual Rusia, heredera de la URSS y el país más grande del mundo, también heredó la imagen que de la Unión Soviética se habían formado miles de millones de personas en todo el mundo gracias a la propaganda y a los medios de comunicación estadounidenses. El país, como comenta el profesor Echeverría Jesús, ha condicionado su política internacional al miedo de verse invadido por países occidentales. No en vano, ya lo intentaron la Francia de Napoléon y la Alemania de Hitler. Por eso, desde Moscú, siempre se ha visto con recelo el avance de la OTAN hacia países de la antígua URSS o el Pacto de Varsovia.
El discurso de Putin ante la Duma en el que se firmó la anexión de Crimea, pasará a la historia como uno de los discursos más directos y contundentes de los últimos tiempos. Además, en él desgrana muchos de los factores por los cuales Rusia ha recelado de occidente. Y lo hace de manera directa, sin titubeos.
Parte del problema de la percepción internacional sobre el país ex-sovietico, es que Rusia no ha sabido o no ha querido promocionarse a sí misma y a su mirada durante los años posteriores a la guerra fría. Mientras los EEUU con su flamante industria cultural, llegaba a todas las televisiones del mundo con sus series y películas. El mismo Putin, en su discurso reconoce que tras la caída de la URSS no fueron capaces de defender lo que había sido suyo.
Su intervención ante la Duma lo tiene todo. El entorno, con toda la solemnidad de las grandes ocasiones y el uso del lenguaje en el que plantea un problema, hace autocrítica y muestra su voluntad con resolución; convierten su discurso en una herramienta convincente.
Una encuesta reciente publicada por la agencia Ria Novosti, asegura que en los días previos al discurso, el apoyo al presidente rozaba máximos de los últimos cinco años. Prueba de que pese a que en el ámbito internacional la actitud de Putin no convence demasiado, en el contexto interno sí que lo hace. Y es que, ni occidente se ha preocupado por conocer más a su vecino oriental, ni parece que ellos hayan puesto toda la leña en el fuego para mostrar la cultura y las aspiraciones de un gran país. Nunca es tarde, se suele decir, aunque parece que el panorama es bastante adverso.
1 comentario:
Acostúmbrense. Para el resto del mundo los mexicanos somos bigotudos traficantes. La propaganfa gringa es así.
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