Foto: elEconomista |
El debate socialista transcurrió con relativa serenidad. Los candidatos estuvieron comedidos y aprovecharon sus minutos para marcar distancias.
Sánchez, con un tono conciliador pero excesivamente mitinero, pareció olvidar que lo que estaba en juego era la secretaría general y se antepuso a señalar medidas con un tono - si se me permite la licencia - excesivamente triunfalista. Hizo referencias a su trabajo en estos meses y empleó con claridad el storytelling poniendo nombres y hablando de casos reales y tangibles para que su audiencia pudiese retener mejor los mensajes. Hizo un debate muy preparado y mostró muchas tablas. El candidato domina su voz y lo sabe, aunque esto, en ciertos momentos, puede parecer un tanto artificial.
Madina, demasiado gestual - y demasiado forzado-, más humilde que Sánchez, mantuvo el discurso que viene haciendo en estas semanas, aunque tuvo que matizar sus palabras en alguna ocasión. Sin novedad respecto a los anuncios previos y siguiendo una línea argumental medianamente coherente. Quizá, como resumía Julio César Herrero: 'el 'yoismo' de Madina y de Sánchez es contraproducente. La necesidad de reafirmar el ethos es obsesiva. Tal vez aquí la juventud les jugó mala pasada'.
En el capítulo de los detalles, los nervios le jugaron una mala pasada a Madina, mostrando humedad en las axilas, la elección de la camisa, no fue la mejor.
Tapias aportó cordura al debate. Serenó a los jóvenes y los bajó de las nubes - si se me permite la expresión. Salvo en la primera intervención, en la que quizá se mostró difuso, estuvo tremendamente natural y cómodo. No había nada que perder. Alejado del tono mitinero de Madina y Sánchez, al hablar en tercer y último lugar sumaba realismo a las propuestas y dejaba en entredicho a los candidatos más jóvenes al señalar la importancia de centrarse en el debate a la secretaría general y no a las primarias o a la presidencia del gobierno. El candidato tiró en ocasiones de ironía para hacerse entender y lo hizo fráncamente bien. Su mayor handicap, su imagen madura que contrasta con los jóvenes que evocan un cambio real, puede ser decisiva.
Por cierto, alguien debería decirles que, pese a que es una buena idea hacer su debate por la mañana, justo antes del telediario, quizá podrían haber logrado un mayor seguimiento programándolo para el prime time de la noche. Habría sido interesante analizar las audiencias y el interés que genera un momento tan interesante como este debate con el que, independientemente de lo que pase en el PSOE, se ha anticipado a los populares en lo que a democratización interna en el partido se refiere.
1 comentario:
¡Vaya sudada que llevaba MAdina! UNa pena que Tapias sea el más mayor porque la gente está obsesionada con la gente joven. Demostró que la veteranía es un grado. A ver qe pasa.
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