La primera etapa del periplo internacional del Máster ha sido la ciudad de San Pedro Sula, en Honduras.
La estancia me resultó muy impresionante. Comprendí por qué los conquistadores pensaron estar en el edén cuando llegaron a aquellas tierras. La magnificencia de la selva me envolvió. Sus insultantes dimensiones rompieron todos los esquemas establecidos en mi mente. Entendí que creyesen que se trataba de la tierra prometida, como entendí que poco después pensasen que se trataba del infierno: una temperatura nunca inferior a los 35 grados y una humedad muy elevada hacían que andar por la calle fuese toda una aventura.
Honduras es un país de contrastes. En concreto, en San Pedro Sula, el 80 % de la gente vive por debajo del umbral de la pobreza. Sin embargo, los contrastes de poder son impresionantes. A un lado la más absoluta de las miserias y a apenas unos metros la opulencia materializada. Lujo y necesidad tan sólo se separan por una tapia y una malla electrificada.
La experiencia nos ha hecho pensar mucho. Máxime cuando la segunda estancia de nuestro viaje americano es Miami.
Sea como fuere, la visita me marcó. Eché en falta un par de días más en el país. Tiempo para ir a sus playas o pasear por sus calles - aunque en ocasiones no sea algo muy recomendable por temas de seguridad-.
Prometo sacar tiempo para contar más de la experiencia hondureña. Mientras tanto podéis visitar el blog oficial de la gira, en el que encontraréis todo tipo de material que puede resultar de interés.
Hasta la próxima!
1 comentario:
olaaaaaaaaaa.si q t skribi, anoxe knd cenamos todos juntos en la cantina y luego helaito en kalúa.tas fuera de servicio siempre!!tas bien?
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