Notas sobre la intervención de Zapatero en Elche

Zapatero defendió su plan de medidas anti crisis en Elche ante un abarrotado recinto que aclamó cada una de sus afirmaciones. La acción, supone uno de los primeros actos del presidente del gobierno ante el PSOE desde que España asumió la presidencia de turno de la UE, hecho que ha motivado cierta sensación de abandono por parte del electorado socialista que, esperando la presencia del leonés ante determinadas coyunturas, veía como éste parecía más en los telediarios por temas comunitarios que por la situación nacional.

El Secretario General del PSOE se presentó ante su público en pantalones vaqueros, con camisa blanca y sin corbata. La intención: volver a la imagen de un hombre cercano y hombre de partido. El color escogido, el blanco, representa la limpieza, y el trabajo. El presidente, que normalmente mantiene la chaqueta o elige camisas más desenfadadas para los actos de partido, se decantó en esta ocasión por esta opción para la dura tarea que le aguardaba.

En el discurso Zapatero explicó sus reformas. Intentó aclarar algunos números, aunque en algunos momentos titubeó a la hora de mencionar algunos datos y arremetió contras las declaraciones del principal partido de la oposición. De nuevo dejó caer que a las rentas más altas se les exigirá un mayor esfuerzo, medida que goza de un amplio respaldo dentro de su partido - para contrarrestar otras menos "populares". 

El presidente es un buen orador, maneja bien los tiempos y logra enfatizar su discurso para lograr los aplausos en los momentos debidos. Se mostró muy enérgico en su comunicación no verbal con un uso muy intenso de las manos para dar fuerza y forma a sus palabras. Alzó la voz en numerosas ocasiones para  arengar a los suyos y agradeció y alabó su gestión a pequeña escalan de los dos mil alcaldes asistentes al acto. 

Tanto Zapatero como el PSOE necesitaban un espaldarazo. Las duras medidas tomadas durante estas semanas han provocado una caída en picado del apoyo popular, por eso, planteó el acto de Elche no como una reunión de Alcaldes, como realmente se trataba, sino como un auténtico mitin de campaña en el que el partido respalda a su líder, muestra unidad - puesta en duda en las últimas semanas- y moviliza a su electorado más con las críticas al Partido Popular que con la exposición de propuestas constructivas propias. Así planteado, se vio, como hemos dicho, un recinto completamente repleto y en el que tras su intervención ondearon las banderas con el puño y la rosa. Otra puesta en escena magistral de los socialistas a la hora de comunicar.