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Cinco claves de la campaña del referéndum en Escocia

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Cameron con uno de los lemas de la Campaña | REUTERS
Mucho se ha escrito - y se va a escribir aún más- sobre el referéndum de independencia en Escocia. En el siguiente análisis mostraremos cinco claves para comprenderlo mejor.
  1. El contexto. Como todo proceso, es esencial comprender el proceso para entender la realidad del mismo.  Pese a que muchos han querido vincular lo ocurrido en el Reino Unido con la situación actual en España, lo cierto es que tiene poco o nada que ver. Con esto no queremos decir que las aspiraciones de Cataluña o País Vasco carezcan de sentido, sencillamente decimos que no es comparable a la realidad británica. Este punto es importante de cara a entender el proceso. Las diferencias básicas cuentan con una doble vertiente: por un lado históricas - Escocia es una nación soberana dentro del Reino Unido, al que decidió unirse en 1707 (si no me bailan los números); y de competencias, el grado de autonomía Escocesa no tiene ni punto de comparación con el nivel de autogobierno del que gozan las autonomías en España. Comprender estas diferencias es esencial para analizar mejor lo sucedido.
  2. La dificultad de vender un NO. Como se ha comentado en varias ocasiones durante el proceso, la pregunta escocesa tenía sus pros y sus contras. En el lado positivo mencionar que no cabían las medias tintas en ella. Should Scotland be an independent country?, '¿Debería Escocia ser un país independiente?' Nada más y nada menos. El lado negativo quedó para los unionistas que se veían obligados a vender un No, con las dificultades que ello supone.  Pese a que el monosílabo 'No' únicamente significa negación, aún puede evocar muchas más cosas en la mente de los ciudadanos: rechazo, pesimismo, negatividad, miedo, conservadurismo, miedo al cambio, etc. Mientras el 'Yes' evoca positivismo, cambio, avance, optimismo, valentía, futuro... Hacer atractivo el No, es cuestión de argumentos y de un trabajo muy intenso de comunicación. Entre otras cosasen la campaña se utilizaron diferentes soportes en los que el 'No' venía acompañado de un 'Thanks', así, con un amable No, gracias, el lado unionísta tomaba un tinte menos rudo. Pero sobre todo el trabajo en el slogan 'Better together' (mejor juntos) le daba la vuelta  a la negatividad y lo convertía en un asunto completamente positivo a través de estas dos sencillas palabras. A lo largo de la campaña se utilizadon variaciones como 'Let's stick together' (permanezcamos juntos) siempre potivizando
  3. El poder de la Unión. Los unionistas lo demostraron independientemente del color de su partido. Liberales, Laboristas y Conservadores sumaron sus fuerzas en la campaña con actos y discursos a lo largo y ancho de Escocia para mostrar los motivos por los que a su juicio resultaba importante permanecer unidos. Bien es cierto que Cameron, Clegg y Miliban hicieron campaña por separado -supuestamente para aumentar su visibilidad y aprovechar al máximo la presencia de cada uno-;  pero los tres líderes coincidieron en sus discursos y fueron leales a la idea de que el Reino Unido debía permanecer justamente así, unido.   
  4. La riqueza del proceso. Lo bueno de un proceso a 'corazón abierto' como este es que ambas partes han tenido que esforzarse por agrupar voluntades y convencer a los ciudadanos. Sin victimismos, de igual a igual. Lo han hecho mediante discursos plagados de argumentos y sentimientos. Mensajes razonados que no eludían la incertidumbre de la independencia y el dolor por la fractura. Libertad, economía, gestión de recursos, igualdad, historia... Esto no quere decir que no hayan faltado tensiones sufridas por políticos y periodistas. Pero han sido unos meses muy ricos con discursos jugosísimos que han dejado recursos muy interesantes para en el ámbito de la comunicación política.
  5. Retos del futuro: Una vez ha vencido el No, se abren varios retos para el futuro. El primero observar si la sociedad ha sufrido cierta fractura entre los partidarios del sí y los del no. Pese a las grandes posibilidades de que esto ocurra, el hecho de haber dirimido sus diferencias en las urnas en un 'combate' de igual a igual facilitará la asimilación de la derrota. Esperemos que impere la caballerosidad británica. Otro elemento a seguir es el peso de los segmentos jóvenes de la población como gérmen de voluntad de independencia. Escocia ha rechazado caminar sola, pero hay que permanecer atentos a las generaciones venideras, donde el sentimiento nacionalista es fuerte.
Una vez pasada la campaña, gestionar los vínculos de unión será el principal reto para los unionistas si no quieren volver a encontrarse con un proceso como este en las próximas generaciones.

Podemos: la posibilidad de catalizar reformas.

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Es rara la semana que no se lanza un pronóstico con la progresión imponente de Podemos en el conjunto de la sociedad - conocimiento de partido - y sobre su intención de voto. Pero lo que debería estar ya fuera de duda es su influencia real en la política cotidiana. 
Sin entrar a recordar que el actual sistema electoral hace dificil - pero no imposible- una irrupción contundente de Podemos en el Congreso, sí merece la pena comentar que lo más complicado ya lo ha conseguido: entrar en el círculo de decisiones. Llegar al poder.
A pesar de que, de momento, el partido sólo tiene representación en el Parlamento Europeo, a los pocos días Izquierda Unida se esmeraba en retomar los diálogos con al formación para poder poner puntos en común, es más, desde algunos sectores se critica que no se incluya a Podemos en las negociaciones ante una posible reforma electoral - cuando la respuesta debería ser obvia, al no tener el partidio aún representación parlamentaria.
Sirvan estas dos referencias para poner en valor el rol que Podemos empieza a jugar en la política española más allá de sus aspiraciones legítimas de gobierno que -a priori- pudieran parecer difíciles de alcanzar.
Pero la realidad es que Podemos ya está jugando su papel en el escenario político nacional. Los grandes partidos - PP, PSOE e IU - se están viendo obligados hacer movimientos que minimicen la fuga de votos hacia la formación de Iglesias. Los partidos empiezan a querer capitalizar parte del electorado de la formación y por tanto la influencia de Podemos en la política es ya tangible. Así, tampoco es descabellado pensar en que de aquí a las elecciones, se propongan y salten a la palestra temas orientados a restar el interés en la organización, por lo que podría decirse que Podemos desarrollaría un papel 'catalizador' en tanto en cuanto obliga a los grandes partidos a ponerse manos a la obra y afrontar temas de manera contundente si no quieren que se les coman la merienda.
No obstante, si el partido cuenta finalmente en la próxima legislatura con grupo parlamentario propio -como las encuestas prevén a día de hoy - tendrá mayores posibilidades de influir en la política.
La llegada al Congreso de la organización tendrá entre sus consecuencia la necesidad de posicionarse con todas las propuestas que se debatan, lo cual dará a los electores más información sobre el partido. Al sumarse a las negociaciones, con su presencia parlamentaria, Podemos tendrá también que saber jugar en el plano de las alianzas y negociaciones, por lo que tendrán que gestionar muy bien este aspecto de cara a no defraudar a su electorado con su labor legislativa. Una vez más, entra en juego la necesidad de satisfacer las expectativas creadas. 
Así, la formación va cogiendo poco a poco estructuras y hechuras de partido, con sus pros y sus contras. Interesante.

Breve análisis del debate a la secretaría general del PSOE

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Foto: elEconomista
El debate socialista transcurrió con relativa serenidad. Los candidatos estuvieron comedidos y aprovecharon sus minutos para marcar distancias.
Sánchez, con un tono conciliador pero excesivamente mitinero, pareció olvidar que lo que estaba en juego era la secretaría general y se antepuso a señalar medidas con un tono - si se me permite la licencia - excesivamente triunfalista. Hizo referencias a su trabajo en estos meses y empleó con claridad el storytelling poniendo nombres y hablando de casos reales y tangibles para que su audiencia pudiese retener mejor los mensajes. Hizo un debate muy preparado y mostró muchas tablas. El candidato domina su voz y lo sabe, aunque esto, en ciertos momentos, puede parecer un tanto artificial.
Madina, demasiado gestual - y demasiado forzado-, más humilde que Sánchez, mantuvo el discurso que viene haciendo en estas semanas, aunque tuvo que matizar sus palabras en alguna ocasión. Sin novedad respecto a los anuncios previos y siguiendo una línea argumental medianamente coherente. Quizá, como resumía Julio César Herrero: 'el 'yoismo' de Madina y de Sánchez es contraproducente. La necesidad de reafirmar el ethos es obsesiva. Tal vez aquí la juventud les jugó mala pasada'.
En el capítulo de los detalles, los nervios le jugaron una mala pasada a Madina, mostrando humedad en las axilas, la elección de la camisa, no fue la mejor.
Tapias aportó cordura al debate. Serenó a los jóvenes y los bajó de las nubes - si se me permite la expresión. Salvo en la primera intervención, en la que quizá se mostró difuso, estuvo tremendamente natural y cómodo. No había nada que perder. Alejado del tono mitinero de Madina y Sánchez, al hablar en tercer y último lugar sumaba realismo a las propuestas y dejaba en entredicho a los candidatos más jóvenes al señalar la importancia de centrarse en el debate a la secretaría general y no a las primarias o a la presidencia del gobierno. El candidato tiró en ocasiones de ironía para hacerse entender y lo hizo fráncamente bien. Su mayor handicap, su imagen madura que contrasta con los jóvenes que evocan un cambio real, puede ser decisiva. 
Por cierto, alguien debería decirles que, pese a que es una buena idea hacer su debate por la mañana, justo antes del telediario, quizá podrían haber logrado un mayor seguimiento programándolo para el prime time de la noche. Habría sido interesante analizar las audiencias y el interés que genera un momento tan interesante como este debate con el que, independientemente de lo que pase en el PSOE, se ha anticipado a los populares en lo que a democratización interna en el partido se refiere.

¿Que hablen de ti, aunque sea mal?

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Logo Podemos
Esta máxima, que tanto se repete, es tan discutible como muchas otras. Una respuesta satisfactoria debe ajustarse a cada situación y contexto.  Un ejemplo de rabiosa actualidad lo tenemos en el partido 'Podemos'. En el caso concreto de la formación de Pablo Iglesias podríamos utilizar otra frase célebre 'ladran, luego cabalgamos' que le dijese el Quijote a Sancho.
El nuevo partido ha pasado de moverse únicamente a través de redes y basar sus impactos en las apariciones televisivas de su líder; a multiplicar su presencia exponencialemente en los medios tradicionales, sin embargo dicha presencia no es precisamente positiva. ¿Afectará esto al partido?
Como se comentó en el blog de Keyprocom hace unas semanas, entre las razones del éxito de la organizaciónlas se encontraban una comunicación muy bien gestionada pero sobre todo el hecho de que las características del partido y su capacidad de comunicar le hiciesen conectar con un segmento de la sociedad claramente insatisfecho.
No comparto la atribución de que la decisión de poner la cara de su líder en la papeleta respondiese a cuestiones de personalismo. Quienes han trabajado en la campaña eran conscientes de las dificultades de posicionar al partido y sobre todo, que los votantes lo identificasen respecto a la amalgama de nuevas formaciones que se presentaban a las elecciones. El rostro de Pablo Iglesias era y es la cara visible y reconocible de la organización. Si el partido tenía alguna opción, pasaba por la identificación clara de éste respecto al resto de iniciativas sociales. Y la tuvo, vaya si la tuvo.
A partir de ese momento llegaron las críticas del resto de partidos. Sólo recuerdo a IU y a CiU felicitando la presencia del nuevo partido y asumiendo su llegada democrática al sistema. Mientras en otros partidos, medios y organizaciones, se les ha criticado con dureza. Pero, lejos de debilitar la imagen de Podemos, probablemente, el partido se refuerce ¿Por qué? Porque las críticas encajan en el framing que la formación ha hecho de sus rivales políticos. El sistema, la 'casta', les teme y por tanto, los critican sin ningún tipo de tapujos, en lo que personalmente creo que es un craso error. Las comunicaciones críticas no van dirigidas al target de Podemos, si no al votante de otros partidos por lo que en principio sus simpatizantes podrían no verse afectados por ellos.
Puede que Podemos sea un partido más o menos criticable, pero despreciarlo supone despreciar a más de un millón de votantes que se decantaron por esa opción por una u otra razón.
Pablo Iglesias es profesor universitario de ciencias políticas, lo cual implica que, en cierto modo, sabe de lo que habla. Tiene una retórica más que aceptable y se desenvuelve con bastante fluidez en el entorno mediático. Enfrentarse a opinadores y tertulianos supone para él una victoria casi asegurada máxime cuando los alegatos de las partes suelen ser bastante débiles, engañosos y estereotipados.
Sus argumentos no son infalibles, como ningún argumento lo es. Pero de momento parece que faltan oradores capaces de mostrar las limitaciones del líder de esta nueva formación. 
'Ladran, luego cabalgamos'.  Y entonces, en el ideario de podemos, resonará otra celebérrima máxima, esta vez de Ghandi: 'Primero te ignoran, después se ríen de ti, luego te atacan, entonces ganas.' Lo que está claro es que el techo de esta nueva formación está por ver. Estaremos pendientes.